Sal sódica derivada de la reacción del ácido cítrico.
Se puede usar en jabones como quelante o secuestrante, se consigue con esto un jabón más eficiente ya que mejora la adherencia del jabón a la suciedad y ablanda las aguas duras, consiguiendo con esto que nuestros jabones sean mas espumosos
Hay estudios que evidencian su utilidad para evitar el enranciamiento y oxidación en los jabones.
La cantidad de uso recomendada es del 1,5% respecto a las grasas, pero se puede usar hasta un 3%, con precaución de no sobrepasarlo porque puede precipitar el jabón y separar la glicerina.
El citrato de sodio lo añadiremos en el agua en la que vamos a elaborar la lejía disolviéndolo muy bien antes de añadir el hidróxido de sodio.
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